4 cirugías que conviene evitar
Toda cirugía es peligrosa. El organismo considera una operación como un grave insulto, y hasta algunos procedimientos menores acarrean riesgos importantes, como el sangrado, la formación de coágulos de sangre, las infecciones y los daños a otros órganos.
1. Stents para la angina de pecho estable
Los stents son pequeños tubos de malla fina que los cirujanos utilizan para mantener abiertas las arterias que llevan sangre al corazón. Si un paciente sufre un ataque cardíaco, un stent puede salvarle la vida. Pero para los enfermos cardíacos que padecen angina de pecho estable —dolor de pecho causado por un esfuerzo o por estrés— un stent no es mejor, a la hora de prevenir un ataque cardíaco o prolongar la supervivencia, que un cambio de estilo de vida, como ejercitarse y tomar estatinas para bajar el colesterol, según un importante estudio realizado por el Department of Veterans Affairs (Departamento de Asuntos de Veteranos) en el 2007.
Si su médico le ordena un cateterismo cardíaco, pídale que no aproveche ese procedimiento para colocarle un stent, sino que espere a hacerlo en otra oportunidad.
Sanja Kaul, M.D., cardiólogo del Cedars-Sinai Heart Institute, en Los Ángeles, afirma que a pesar de la ineficacia de los stents, se implantan casi 500.000 de estos dispositivos al año para tratar dolores de pecho estables. Lee Lucas, Ph.D., epidemiólogo del Maine Medical Center Research Institute (Instituto de Investigaciones del Centro Médico Maine), señala que los cirujanos suelen implantar los stents durante los cateterismos cardíacos realizados para evaluar los vasos sanguíneos de los pacientes. Lucas sostiene que el cateterismo debería hacerse primero, como un examen de diagnóstico, y el implante del stent, después, si resultara necesario. “Esto debería ser un procedimiento en dos pasos, pero los pacientes nunca logran salir del laboratorio de cateterismo para poder pensar sobre esta posibilidad”, afirma Lucas.
2. Fusión espinal compleja para la estenosis
En la fusión espinal, el cirujano coloca injertos óseos que “sueldan” dos o más vértebras para prevenir que se muevan y detener el dolor. Muchas veces, este procedimiento se utiliza para tratar el dolor de espalda provocado por la estenosis espinal, que se produce cuando el tejido blando entre las vértebras se aplasta, creando presión sobre la columna vertebral o los nervios que van a la espalda, los brazos, el cuello, los hombros y las piernas. Richard Deyo, M.D., profesor de Medicina de Oregon Health and Science University (la Universidad de Salud y Ciencias de Oregón), aclara que hay poco consenso sobre cuál es la mejor manera de aliviar el dolor provocado por la estenosis, de modo que los médicos tienden a desarrollar sus propias preferencias.
El tratamiento cada vez más elegido por los médicos es la fusión. Hace poco, Deyo estudió los registros de más de 30.000 pacientes de Medicare que se habían sometido a una operación para tratar su estenosis de canal lumbar, y descubrió que los complejos procedimientos de fusión (en los que los cirujanos colocan injertos óseos entre varias vértebras) han aumentado un increíble 1.400% entre el 2002 y el 2007.
Los riesgos son significativos: Quienes se sometieron a complejas fusiones eran casi tres veces más proclives a sufrir complicaciones con riesgo de vida que quienes habían pasado por cirugías menos invasivas. Estudios anteriores también habían hallado que la mayoría de los pacientes de fusiones no habían experimentado más alivio a su dolor de espalda crónico que los que habían recibido fisioterapia y terapia conductual. “Hasta existe alguna evidencia de que [la compleja cirugía de fusión] es peor que otras cirugías”, afirma Floyd J. Fowler Jr., Ph.D., asesor científico sénior de la Foundation for Informed Medical Decision Making (FIMDM, Fundación para la Toma de Decisiones Médicas Informadas). “Las vértebras que se encuentran justo por debajo o por encima de la fusión deben doblarse mucho más, y esto le agrega tensión a la espalda, arriba y abajo”.
3. Histerectomía para los fibromas uterinos
Todos los años, aproximadamente 600.000 mujeres estadounidenses se someten a histerectomías, o les extirpan el útero, y los estudios realizados demuestran que la gran mayoría de esas intervenciones son innecesarias. Una histerectomía es fundamental cuando la paciente tiene cáncer (que es el caso del 10% de esas mujeres). Sin embargo, la mayoría de las pacientes se someten a la práctica por problemas que afectan la calidad de vida, como sangrados profusos o dolor causado por fibromas uterinos (tumores benignos en las paredes uterinas).
Las complicaciones son comunes. Un estudio realizado por la University of California, en San Francisco, halló que las mujeres que pasan por una histerectomía tienen un 60% más de riesgo de sufrir incontinencia hacia los 60 años. Una histerectomía que incluya la extirpación de los ovarios —una ooforectomía— lleva a la paciente a una menopausia instantánea. Estas pacientes también deben enfrentar un riesgo mayor de sufrir enfermedades cardíacas y cáncer de pulmón, señala William Parker, M.D., autor de A Gynecologist’s Second Opinion (La segunda opinión de un ginecólogo) e investigador principal de un estudio del 2009 acerca de las consecuencias a largo plazo de la histerectomía.
4. Artroscopia de rodilla para la osteoartritis
En este procedimiento, un cirujano coloca una pequeña cámara en la rodilla y, luego, inserta pequeños instrumentos a través de otras incisiones para reparar el cartílago roto o envejecido. Estudios realizados demuestran que la operación funciona bien cuando, en efecto, los pacientes tienen el tejido de los meniscos rotos, pero que no es más exitosa que otros remedios menos invasivos para tratar la osteoartritis de rodilla. En un estudio del 2008, 178 pacientes con osteoartritis recibieron fisioterapia y terapia médica sin cirugía, o terapia más cirugía. Después de dos años, los dos grupos presentaban los mismos resultados, e informaron menos dolor y rigidez, y más movilidad.